Pronostico reservados mantienen al filo de la muerte al bebedor consuetudinario Abel Raudez Menocal, de 52 años de edad, luego de ingerir una botella de gas pensando que era una botellita de guaro, en el barrio El Escudo, en Granada.
Abel llego a su vivienda en busca de su pachita de licor, se dirigió a la cocina y agarro la botella que estaba debajo de la mesa del fogón y por su estado de ebriedad se la empino al buen estilo de “Fondo Blanco”.
Raudez Mendoza fue trasladado por sus familiares al hospital Amistad Japón donde permanece en cuidados intensivos en estado delicado.
Lo único que pudo decir Don Abel a los médicos es que al momento de tomarse el gas él no sintió el olor a querosín por su mismo bolenca.