El cura de la Iglesia El Calvario, de El Viejo, Chinandega, aclaró que las lágrimas que vio un niño en los rostros de las imágenes de la Virgen Dolorosa, San Juan Apóstol y María Magdalena, son de silicón, desvirtuando los malos presagios que ya andaban propagando algunas personas.
La noche del viernes, entre los habitantes de El Viejo, corrió como reguero de pólvora, la noticia de que el niño Luis Enmanuel Reyes, de 8 años de edad, había visto llorar las tres imágenes cuando acompañaba a su abuelita Isolina Mayorga, de 72 años, a limpiar el templo.
A su escasa edad, Luisito dijo que el hecho era como la predicción de que algo terrible iba a ocurrir o que las imágenes querían transmitir un mensaje divino.
Quizá por los nervios, doña Isolina también dijo que en otras ocasiones ella ha visto personas vestidas de blanco que caminan como en cámara lenta en la iglesia y después desaparecen.
Ante la situación el sacerdote pidió a la población retirarse para valorar el caso, y poco después explicó que no había ningún milagro, sino que a inicios de semana un seminarista llegó a limpiar el templo y como parte de los cuidados especiales a las imágenes decidió poner lágrimas de silicón a la Dolorosa, San Juan y a María Magdalena por tratarse del tiempo de cuaresma.
Además indicó que originalmente, las imágenes ya tenían lágrimas, pero se habían desvanecido y por eso el seminarista se las retocó.
El rumor que sorprendió al pueblo fiel y católico de la localidad fue disuelto poco después de la aclaración, terminando así con la incertidumbre que tenía en zozobra a los feligreses de El Viejo.
Agradecemos la colaboración en esta noticia del compañero Juan López, coordinador de la Red de Comunicadores del municipio de El Viejo, en el departamento de Chinandega.