En un día como hoy 27 de marzo, pero del año 2015, el sujeto Nahúm Isaí Bravo Torres, cometió los horrendos crímenes en contra de tres miembros de su familia, en el barrio Los Ángeles de Managua, con la ayuda de Jairo Josué Ugarte Centeno, alias “El Pelón”.
Las víctimas fueron su padre Santos Lucio Bravo Gómez, de 58 años de edad, la madrastra Rosibel Murillo Luna, de 53 años, y la hermana del asesino Lucía Leticia Bravo Murillo, de 22 años de edad, hija de ambos adultos.
La denuncia de un hermano de doña Rosibel, José Adán Murillo Luna, de que su pariente estaba desaparecida desde hacía varios días fue lo que hizo posible que los policías realizaran el hallazgo.
Los cuerpos de las víctimas fueron encontrados en estado de descomposición, el 10 de abril del 2015 en una fosa que se utilizaba para realizar cambios de aceites a vehículos en la casa de habitación.
Al abrir la fosa, que estaba sellada con cemento, primero encontraron tierra, luego 15 tablas de pino.
Después un montón de piezas de ropa. Seguidamente había mechas de lampazo, toallas y papel higiénico llenos de sangre. Al fondo estaban los cuerpos.
Lucía Leticia tenía más de 40 cuchilladas en la espalda y en las costillas. Había muerto con los pulmones y el hígado prácticamente destrozados, y a doña Rosibel le desbarataron la cabeza.
Sin embargo, el cuerpo que más impactó fue el de Santos Lucio. Estaba atado con bridas en los pies y de manos. Tenía un calcetín dentro de la boca. La cabeza la tenía golpeada.
El dictamen determinó que el hombre tenía tierra en los pulmones, en la garganta y en las fosas nasales, lo que indica que cuando le echaron tierra a los cuerpos Santos Lucio aún estaba vivo.
Nahum Bravo Torres cometió los crímenes por la ambición de quedarse con todos los bienes de su padre, y fue condenado a 68 años de prisión, pero sólo cumplirá los 30 que establecía la ley en ese momento para este tipo de atrocidades, y saldrá en el año 2045.
El cómplice Jairo Josué Ugarte Centeno, “El Pelón” aún continúa preso, y aunque antes de participar en los crímenes le pidió 100 mil córdobas por ayudarle a hacer el “trabajo”, luego sintió remordimiento y le dijo que ya no le pagara nada.