Recostado a un lado del camino a la comarca Monte Grande, en Nandaime, Granada, quedó el cuerpo sin vida de José Calderón, de 51 años de edad, tomador consuetudinario, que murió en su ley.
Aparentemente, el estado de ebriedad en que andaba Chepe lo obligó a doblarse a un lado del camino, sin imaginar que sería el último descanso que tomaría.
Las autoridades policiales llegaron al lugar y tras comprobar que no había mano criminal en su deceso, entregaron sus restos a la familia, quienes se encargaran de velarlo y darle cristiana sepultura.
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