“Papá cuídese, cuídese mucho, que lo quiero mucho. No quiero darme cuenta que está enfermo”. Esas fueron las últimas palabras que Carlos Alberto Hernández Suazo escuchó de su hija, Martha Alejandra Hernández Zamora, una de las nicaragüenses que murió en el incendio de una discoteca en Murcia, España, la madrugada del domingo.
Junto a Martha Alejandra Hernández Zamora, murieron sus hijos Sergio Enrique Silva Hernández y Erick Salomón Torres Hernández, y otras 10 personas.
Con la voz cortada y los ojos llorosos, Hernández, de 80 años que ha perdido a 6 de sus 7 hijos en diferentes circunstancias, y pese a sus innumerables padecimientos crónicos, trata de aparentar fortaleza ante la tragedia.
“Adentro es un volcán el que tengo. No se me borra el pensamiento que tengo de mi hija”, dijo Hernández.
Martha Hernández Zamora, de 62 años, emprendió su viaje de Nicaragua hace 15 años con destino a España, donde luego de establecerse mandó a traer a sus hijos.
“Mi hija, tenía previsto viajar a Nicaragua en diciembre próximo, para las vacaciones de Navidad y Fin de Nuevo…pero se adelantó el viaje, vino el último día de septiembre, día del incendio”, contó el acongojado padre.
Hernández, padre y abuelo de 3 víctimas nicaragüenses no estará tranquilo hasta que el cuerpo de sus familiares sean repatriados y puedan darle sepultura.
El incendio en una conocida zona de ocio de la ciudad española de Murcia, dejó al menos trece fallecidos la madrugada del domingo, entre las víctimas Martha Alejandra, sus dos hijos, también a Ofilia del Carmen Blandón, esposa de Torres.