Expertos y juristas internacionales se pronunciaron en la Corte Internacional de Justicia radicada en La Haya, Holanda, sobre el daño real que ha causado la construcción de una carretera por parte de Costa Rica que causa graves perjuicios al nicaragüense Río San Juan.
Durante sus intervenciones, los expertos plantearon elementos que dan luces sobre el comportamiento malintencionado de Costa Rica y de cómo Nicaragua ha tratado de mermar los daños ocasionados en su territorio.
Costa Rica ha violado el derecho internacional
El profesor Sthephen McCaffrey reveló en La Haya que Costa Rica ha violado las normas internacionales en materia de medioambiente.
Además de faltar el informe de impacto ambiental para construir la carretera en las cercanías del Río San Juan, no informó a Nicaragua, incumplió los tratados que vinculan a las dos naciones y durante el proceso internacional ha invocando normativa interna de su país.
El profesor manifestó que Costa Rica debía notificar de previo a Nicaragua, puesto que la obra estaba ubicada en un área declarada como humedal y muy cerca de otro Estado, circunstancias suficientes por las que el derecho internacional debía mediar un aviso.
Al respecto el profesor Allain Pellet se refirió al mal proceder de Costa Rica al invocar su derecho “de construir las carreteras que quiera en su territorio ya que Costa Rica tiene el derecho soberano a desarrollar su propio territorio y que el derecho a construir carreteras en su territorio debe ser respetado”.
Pellet argumentó que el actuar de Costa Rica representa una “violación continuada” que produce efectos jurídicos. Del mismo modo, afirmó que la construcción de la carretera y retrasar su culminación es una estrategia para que la Corte dictara medidas provisionales.
Por su parte, el Abogado Andrew B. Loewenstein, durante su intervención hizo especial énfasis en la importancia ecológica y las consecuencias que trae consigo la construcción de la carretera a los ecosistemas del sitio.
Documento tico revela afectaciones por la carretera
Loewenstein basó sus afirmaciones en lo contenido en el documento Enviromental Diagnostic Assesment (EDA), presentado por Costa Rica en 2013 y duplicado en 2015.
En el EDA, cuyo estudio se desarrolló en el área comprendida entre el Río Infiernito y Boca de San Carlos, se concluye que la sedimentación produce efectos negativos en los cuerpos de agua y en la biodiversidad acuática debido a su impacto negativo en la cadena de alimentos, en la reducción de las poblaciones de macroinvertebrados, en huevos y larvas de peces, entre otros.
Asimismo, el documento señala que el área existen varios ríos tributarios y drenajes que transportan la sedimentación al Río San Juan. Además de estar presentes otras situaciones como la tala de árboles, movimientos de tierra y procesos de erosión del suelo.
Según lo expuesto por Loewenstein, el EDA presentado en 2015 muestra aumento en los daños y la disminución en la calidad del agua, luego de los dos años cuando se presentara por primera vez.
Finalmente, reveló que el documento emitido luego de haber iniciado la carretera, demostró la necesidad que había de realizar un estudio de impacto ambiental con anterioridad a dar inicio con la construcción.
Sedimento sigue acumulándose
Por su parte el también abogado Paul Reichler afirmó que la construcción de la carretera provoca daños debido a la acumulación de sedimento se forma en bajíos y bancos de arena que impiden la navegación, y disminuye el flujo de agua fresca a los humedales.
Apoyado con la evidencia presentada, reiteró la falta del estudio de impacto ambiental previo al inicio de las obras de construcción.
Reichler planteó 8 propuestas a las autoridades de La Haya, en las que quiso demostrar a los jueces de qué manera el sedimento acabaría en el Río San Juan y cómo Nicaragua no ha logrado evitar su acumulación a pesar de los dragados realizados en la zona.
Según el abogado, el vecino del sur pretendió en todo momento restar importancia a los sedimentos producto de las obras considerándolos simplemente como “unos granos de arena”.