El sexo no es dañino para el feto, que está seguro y protegido dentro del útero y un orgasmo no va a afectar esa situación. En cuanto al bebé, no tiene idea de lo que están haciendo la mamá y el papá por lo que no se considera una experiencia traumática para él.

Los cambios que experimenta la mujer durante el embarazo juegan un papel importante en lo que respecta al deseo sexual y el libido:
Primer trimestre
Los 3 primeros meses del embarazo suelen venir acompañados desíntomas físicos (nauseas, dolor de senos, necesidad frecuente de ir al baño) que posiblemente le hagan perder un poco el interés por el sexo.
Segundo trimestre
Como las náuseas, fatiga y malestar en los senos han desaparecido, para esta etapa la mujer puede llegar a sentir más deseos de tener relaciones sexuales.
Las mujeres acumulan unas 3 libras de sangre durante el embarazo y la mayoría de ese flujo sanguíneo se dirige debajo de la línea de la cintura, esta mayor cantidad de flujo sanguíneo aumenta su capacidad de tener un o varios orgasmos.
Como para esta etapa el abdomen aún no ha crecido lo suficiente se pueden tener relaciones sexuales cómodamente.
Tercer trimestre
Hacia el final del embarazo, el abdomen en crecimiento y las expectativas del parto y de la crianza del nuevo bebé quizás le hagan perder un poco el interés por el sexo.