Hacer “del dos” es una misión biológica bastante seria. Pero cuando tenes uñas largas al estilo de garras de águila, es toda una aventura que comienza después del plop, pues tenes que limpiarte sin autolesionarse ni pintar las uñas de marrón.
La primera recomendación que te damos es usar doble o hasta triple capa de papel higiénico, la que debes envolver muy bien, porque tu trasero merece un buen trato y tu manicura te lo agradecerá. La idea es construir un “escudo anti-accidentes”, porque una uña atravesando el papel puede convertir un momento incómodo en un trauma inolvidable.
Ahora, posición: sentada, inclinada, o medio yoga si hace falta. Aquí no hay reglas, solo metas. Usa la yema de los dedos con delicadeza, como si estuvieras acariciando la mejilla de un bebé… pero al revés y con olor. El movimiento recomendado: de adelante hacia atrás, como si quisieras borrar el pasado.
En conclusión: tener uñas largas es símbolo de poder, elegancia… y un poquito de sufrimiento silencioso en el baño. Pero con práctica y buen papel, saldrás del baño impecable, lista para seguir reinando. Porque si algo está claro, es que ser diva no se detiene ni en el inodoro.