El volcán Tungurahua ha mostrado una actividad eruptiva considerada entre moderada y alta, con la expulsión de rocas incandescentes, ceniza y la generación de poderosas explosiones que motivaron la evacuación espontánea de 110 familias de sectores aledaños.
La técnica del Instituto Geofísico, Mercedes Taipe, dijo a la AP que en las últimas horas: “El coloso andino evidenció una actividad entre moderada y alta, hemos registrado fuertes explosiones que se han escuchado a kilómetros a la redonda. Sigue con la emisión de columnas de vapor y ceniza que han llegado de 1.5 hasta 4 kilómetros de altura”.
Un sobrevuelo realizado permitió observar que la caldera está completamente llena de material incandescente, que esporádicamente rueda por las laderas, añadió Taipe. “Las caídas de ceniza continúan en media docena de poblaciones y la posibilidad de generación de más flujos piroclásticos (de material incandescente) aún se mantiene”.
En las zonas aledañas al volcán los cultivos y la ganadería están afectados por la ceniza, pero aún no hay estimaciones de las pérdidas económicas que podrían sufrir los campesinos.
El gobierno invitó a los pobladores a evacuar la zona y dispuso nueve albergues provisionales.
La actividad eruptiva del Tungurahua se caracteriza por períodos de actividad fuerte con otras en que casi no da señales de su poder. Ese coloso de 5.023 metros de altura sobre el nivel del mar está activo desde 1999.
En julio y agosto del 2006, una erupción del Tungurahua, situado a unos 135 kilómetros al sureste de Quito, dejó al menos cuatro muertos, dos desaparecidos, miles de evacuados y daños en extensas áreas agrícolas como consecuencia de las nubes ardientes que suele generar.