Miles de viviendas fueron afectadas por el movimiento sísmico, por lo que el personal de emergencia trabajó durante toda la noche para remover las ruinas y tratar de llegar a las personas atrapadas. El colegio Rébsamen estaba repleto de alumnos y maestros: allí se centra la mayor atención
Gritos pidiendo silencio, el ruido de las sirenas y oleadas de polvareda se entremezclan en las calles de la Ciudad de México, donde la incertidumbre reina en los numerosos rescates desencadenados tras el fuerte terremoto de magnitud 7,1 en la escala de Richter que ya ha dejado al menos 239 muertos en el país
Según la información oficial, 108 víctimas fatales corresponden a Ciudad de México, 69 a Morelos, 43 a Puebla, 13 al Estado de México, 5 a Guerrero y 1 a Oaxaca.
Los equipos de emergencia han solicitado a la población la donación de mazos, motosierras, brocas de barrenado y serruchos para continuar con la remoción de escombros, así como de radios para mantener la comunicación entre el personal.