Dos iglesias católicas fueron incendiadas este fin de semana en el sur de Columbia Británica, en Canadá, en represalia por el hallazgo de los restos de 750 niños indígenas enterrados en un internado.
La iglesia Choapaka, situada en la comunidad indígena de Lower Simikameen y la iglesia de Santan Ana, ubicada en la comunidad indígena de Upper Similkameen fueron quemadas por desconocidos.
Estos ataques no son coincidencia, ya que a inicios de esta semana dos iglesias de Okanagan también fueron destruidas.
Una investigación por delitos de lesa humanidad
Las autoridades canadienses iniciaron una investigación formal luego del hallazgo de 750 tumbas sin nombre cerca de un internado para niños indígenas.
No se trata de fosas comunes sino de tumbas anónimas en un cementerio que fue supervisado directamente por la Iglesia Católica hasta el año de 1960, aseguró el jefe de la tribu Cowessess, Cadmus Delorme.
Las tumbas fueron descubiertas en la Escuela Residencial Indígenas Marieval, la cual funcionó entre los años de 1899 hasta 1996 en la zona donde habita la tribu Cowessess; a 140 kilómetros al este de la ciudad de Regina.
El pasado mes de mayo fueron encontrados 210 cadáveres de niños indígenas que fueron enterrados hace más de 40 años en la Escuela Residencial India Kamloops.
Esta situación ocurre en medio de la indignación tras el descubrimiento de cientos de tumbas, en escuelas que fueron creadas para imponerse culturalmente sobre la población nativa canadiense.
Se estima que más de 150 mil menores de edad de ascendencia amerindia, mestiza e inuit fueron separados de sus familias, su lengua y sus tradiciones; todos fueron internados por la fuerza en 139 internados de Canadá hasta la década de 1990.
Todos ellos fueron sometidos a malos tratos, abusos sexuales y al menos 4,000 de ellos murieron, según los datos de una Comisión de Investigación que concluyó que Canadá había cometido un genocidio cultural.