El panorama político de Haití se encuentra en un punto crítico tras la renuncia del primer ministro Ariel Henry, quien se vio acorralado por la ola de violencia desatada por las bandas criminales en la capital del país caribeño.
La dimisión de Henry, anunciada por el presidente de turno de la Comunidad del Caribe (Caricom), Irfaan Ali, se produce después de la reunión de este organismo regional en Jamaica, donde se discutió una salida a la crisis política y social que azota a Haití.
Caricom reconoció la renuncia de Henry y mencionó la creación de un consejo presidencial de transición y el nombramiento de un primer ministro interino como pasos necesarios para avanzar hacia una solución pacífica.
Las bandas criminales que controlan gran parte de Puerto Príncipe, la capital haitiana, exigían la renuncia de Henry como condición para desbloquear la distribución de combustible, lo que ha generado un grave desabastecimiento de productos básicos y una crisis humanitaria.
El presidente de turno de Caricom, Irfaan Ali, reconoció la gravedad de la situación en Haití, afirmando que el país se encuentra «al borde del desastre» y que se requieren «medidas rápidas y decisivas».
Las discusiones en Caricom «no han sido fáciles», según Ali, pero se ha logrado encontrar «puntos en común» para apoyar una solución liderada por las partes haitianas.
El primer ministro de Jamaica, Andrew Holness, coincidió en la necesidad de actuar con premura y señaló que «Haití se encuentra ahora en un punto de inflexión».