El presidente chino, Xi Jinping, hizo un llamado urgente a movilizar todos los recursos disponibles para buscar y rescatar a las víctimas del devastador terremoto de magnitud 6.2 que sacudió el distrito de Jishishan, en la provincia de Gansu.
Este desastre natural, ocurrido en la medianoche del lunes, dejó un saldo doloroso de 126 muertos, además de causar graves daños en las infraestructuras de la región.
En un gesto de liderazgo y compasión, Xi Jinping, quien también es secretario general del Comité Central del Partido Comunista y presidente de la Comisión Militar Central, instó a las autoridades locales a actuar de manera rápida y eficiente para minimizar el número de víctimas.
El presidente chino enfatizó la importancia de mantener un seguimiento constante de la situación sísmica y los cambios climáticos, con el fin de prevenir desastres secundarios.
El mandatario no solo se preocupó por el rescate inmediato, sino también por el bienestar a largo plazo de los afectados. Urgió en avanzar en la distribución de suministros de ayuda y en la reparación de las infraestructuras dañadas, incluyendo electricidad, comunicaciones y transporte, así como en garantizar un alojamiento adecuado para las personas desplazadas, asegurando sus necesidades básicas de vida.
Para coordinar estos esfuerzos, el Consejo de Estado envío un equipo de trabajo a las zonas afectadas. Además, el Ejército Popular de Liberación de China y la Fuerza de Policía Armada Popular fueron convocados para cooperar activamente con los gobiernos locales en las labores de rescate y alivio del desastre.
El primer ministro chino, Li Qiang, también intervino, dando instrucciones específicas para maximizar los esfuerzos de rescate y atención médica a los heridos, con el objetivo de reducir al mínimo las pérdidas humanas.
Las provincias de Gansu y Qinghai no han perdido tiempo en organizar el apoyo de socorro, asignando de inmediato suministros de emergencia como campamentos y camas plegables para atender a los damnificados.