Nepal experimenta una de sus jornadas más violentas después de que el gobierno decidiera bloquear el acceso a las principales redes sociales, desatando masivas protestas en la capital, Katmandú, y otras ciudades del país.

El saldo oficial, confirmado por la policía y autoridades sanitarias, es de al menos 17 personas fallecidas y 145 heridas, entre ellas 28 agentes policiales, luego de que las fuerzas de seguridad abrieran fuego contra los manifestantes que intentaban irrumpir en el Parlamento.
El gobierno nepalí implementó el bloqueo de 26 plataformas de redes sociales, incluyendo Facebook, Instagram, X (antes Twitter), YouTube y WhatsApp, el pasado jueves 4 de septiembre de 2025.
Esta decisión se tomó tras el vencimiento de un plazo de 7 días otorgado a estas empresas para registrarse ante el Ministerio de Comunicación e Información, en cumplimiento de la Directiva de Redes Sociales 2080.
La medida fue justificada oficialmente como un intento de combatir los discursos de odio, las noticias falsas y los delitos en línea, además de dar cumplimiento a una orden de la Corte Suprema que exigía mayor control sobre las plataformas digitales.
Las manifestaciones comenzaron de forma pacífica este lunes, con decenas de miles de personas, en su mayoría jóvenes y estudiantes, congregándose frente al Parlamento en Katmandú para exigir la restitución del acceso a las redes sociales y la protección de la libertad de expresión.
Sin embargo, la situación se tornó violenta cuando los manifestantes derribaron barreras de alambre de púas y forzaron a la policía antidisturbios a replegarse dentro del complejo parlamentario. Ante la escalada de tensión, las fuerzas de seguridad respondieron inicialmente con gases lacrimógenos y cañones de agua, pero finalmente recurrieron a munición real.

Según el reporte de PBS NewsHour, «la policía abrió fuego contra los manifestantes que intentaban irrumpir en el Parlamento, matando al menos a 17 personas e hiriendo a 145, incluidos 28 policías«. El mismo medio cita al agente de policía Shekhar Khanal como fuente de las cifras oficiales.
El Centro Nacional de Trauma de Katmandú recibió a la mayoría de los heridos durante los enfrentamientos. El doctor Badri Risal, médico de guardia en el centro hospitalario, declaró que «muchos de los heridos presentan impactos de bala en la cabeza y el pecho, y varios se encuentran en estado grave«.

En respuesta a la violencia desatada, el gobierno impuso un toque de queda en las zonas clave de Katmandú, incluyendo el Parlamento, la secretaría de gobierno y la residencia presidencial, con el objetivo de restaurar el orden público y evitar nuevos enfrentamientos.
Los medios locales recogieron el sentir de los manifestantes, en su mayoría jóvenes de la llamada «Generación Z«, quienes consideran la prohibición como un ataque directo a sus derechos y una forma de censura gubernamental. «Las redes sociales son nuestra voz y nuestra ventana al mundo«, expresó un estudiante, reflejando el sentimiento generalizado entre los jóvenes nepalíes que han crecido en la era digital.