Turquía está enfrentando una crisis de incendios forestales que han cobrado la vida de 11 personas y ha dejado 44 heridos, de los cuales diez están en estado crítico. Esta tragedia se ha concentrado en las provincias de Diyarbakir y Mardin, al sureste del país.
La administración de Diyarbakir informó inicialmente que 24 ciudadanos resultaron heridos y ocho perdieron la vida. Sin embargo, el ministro del Interior, Ali Yerlikaya, actualizó las cifras, elevando a 44 el número de heridos en ambas provincias.
El incendio en Diyarbakir comenzó en el barrio de Koksalan a las 10:15 de la noche del jueves, y se propagó como pólvora hacia Mardin debido a los fuertes vientos.
Para empeorar las cosas, las temperaturas en estas zonas han alcanzado los 45 grados esta semana, superando en 5 a 10 grados lo normal para esta época.
La ola de calor y los vientos fuertes provocaron que aparezcan nuevos incendios en todo el país.
En el distrito de Salihli, en la provincia de Manisa, se declaró otro incendio forestal a las 11:30 de la mañana de hoy. Para combatirlo, han movilizado cuatro aviones, tres helicópteros y varios vehículos terrestres.
En Çanakkale, al oeste de Turquía, tuvieron que evacuar un pueblo entero de 30 hogares debido a un incendio nocturno en Ayvacik.
Y en Esmirna, en la costa del Egeo, lograron controlar otro incendio antes de que llegara a las zonas residenciales.
El ministro Yerlikaya confirmó que ya han iniciado las labores de enfriamiento del terreno tras controlar el fuego en algunas zonas.
Sin embargo, en otras áreas como cerca del aeropuerto de Siirt y en la provincia de Elazig, donde han enviado 100 efectivos, continúan las tareas de enfriamiento.