El sacerdote australiano Gerald Ridsdale, condenado por pederastia y conocido por ser uno de los casos más notorios de abusos sexuales dentro de la Iglesia católica, falleció este martes a los 90 años de edad.
Ridsdale, quien cumplía condena en una prisión del estado de Victoria, dejó un oscuro legado marcado por el abuso de más de 70 niños durante tres décadas.
Según informó la agencia de noticias australiana Associated Press (AAP) y la emisora ABC, Ridsdale murió en prisión, donde llevaba recluido desde 1994. Su salud se había deteriorado en los últimos años. En 2022, sufrió una caída en su celda que lo dejó postrado en cama, con dolor crónico, debilidad en las extremidades y atrofia muscular.
Gerald Ridsdale fue ordenado sacerdote en 1961, año en que comenzaron los abusos que lo llevarían a ser condenado décadas después. Durante su carrera como religioso, abusó de al menos 72 personas, en su mayoría niños, y se declaró culpable de docenas de cargos relacionados con estos crímenes.
Una investigación realizada en 2017 reveló que la Iglesia católica había optado por trasladar a Ridsdale a diferentes parroquias cada vez que recibía denuncias de abusos, en lugar de tomar medidas drásticas para detenerlo. Esta práctica permitió que el sacerdote continuara cometiendo crímenes durante décadas, causando un daño incalculable a sus víctimas.
La sentencia total de Ridsdale, que incluía múltiples condenas por delitos sexuales, estaba programada para expirar en septiembre de 2034. Sin embargo, su muerte cierra un capítulo oscuro en la historia de la Iglesia católica australiana, mientras que sus víctimas y sus familias continúan lidiando con las secuelas de sus acciones.