El enfermero Niels Högel, de 41 años, que ya fue condenado por asesinato y tentativa de asesinato, es ahora sospechoso de haber provocado 106 muertes, según las autoridades policiales de ese país.
Según las investigaciones, Högel, cometió la mayoría de los asesinatos utilizando sobredosis de medicamentos inyectadas mientras los pacientes estaban en reanimación, principalmente en dos hospitales, en Delmenhorst y Oldenburgo.
No tenía «preferencias» de edad o de sexo para escoger a sus víctimas sino que «prefería a los pacientes que se hallaban en un estado muy crítico», explicó Schmidt.
A finales de agosto, los investigadores anunciaron que este enfermero, condenado a cadena perpetua en 2015, era sospechoso de haber matado a al menos 90 pacientes, y quizás el doble.
El caso estalló en 2005, cuando Högel fue sorprendido por una colega dando una inyección que no estaba prevista a un paciente en la clínica de Delmenhorst, lo que le valió en 2008 su primera condena por intento de asesinato.