Un deslave provocado por las fuertes lluvias en Bello, departamento de Antioquia, en Colombia, ha dejado hasta el momento 16 muertos y 8 desaparecidos, según el reporte difundido por Defensa Civil de Colombia en su cuenta de X.
El deslizamiento de tierra ocurrió el pasado martes, cuando las intensas precipitaciones saturaron el suelo de la zona montañosa donde se ubica Bello. En cuestión de minutos, toneladas de tierra, rocas y lodo se precipitaron ladera abajo, sepultando varias casas en la localidad. Las familias que se encontraban en sus hogares no tuvieron tiempo de reaccionar ante la velocidad con que se desarrolló esta tragedia natural.
La fuerza del deslave fue tan devastadora que las viviendas quedaron completamente enterradas bajo metros de tierra y escombros. Los vecinos que lograron escapar del desastre describieron el momento como algo aterrador, donde el ruido ensordecedor de la tierra moviéndose les alertó apenas segundos antes de que todo se viniera abajo.
Los trabajos de rescate se han vuelto extremadamente complicados debido a la inestabilidad del terreno y la cantidad de material que hay que remover. Los rescatistas trabajan contra el tiempo, sabiendo que cada hora que pasa reduce las posibilidades de encontrar sobrevivientes entre los escombros.
Las autoridades han dispuesto 320 albergues para las familias afectadas por el deslave, según señaló el gobernador de Antioquia, Andrés Julián Rendón. Esta medida busca garantizar que todas las personas que perdieron sus hogares o que tuvieron que ser evacuadas preventivamente tengan un lugar seguro donde refugiarse mientras se normaliza la situación.
El gobernador Rendón reiteró que las autoridades permanecerán en el sitio «hasta encontrar a la última persona desaparecida».
Las familias de los desaparecidos mantienen la esperanza de que sus seres queridos puedan ser encontrados con vida, aunque reconocen que el tiempo juega en contra. Los equipos de rescate continúan trabajando las 24 horas del día, utilizando tanto maquinaria pesada como perros entrenados para detectar signos de vida entre los escombros.