Las autoridades chinas informaron este lunes que al menos una persona ha muerto y otras 28 permanecen desaparecidas tras un deslizamiento de tierra ocurrido el pasado fin de semana en la localidad de Jinping, cerca de Yibin, en la provincia de Sichuan, ubicada en el sur del país.
El deslave, que tuvo lugar alrededor del mediodía del sábado (hora local) en el condado de Yunlian, sepultó una decena de viviendas, muchas de las cuales estaban ocupadas en el momento del incidente.
Los equipos de rescate han señalado que enfrentan «grandes desafíos» para llevar a cabo las labores de búsqueda y salvamento debido a las bajas temperaturas y las adversas condiciones meteorológicas.
Además, el acceso a la zona afectada es extremadamente limitado, lo que complica aún más las operaciones.
Otro factor que preocupa a las autoridades es la posibilidad de que se produzca un segundo deslave debido a las fuertes lluvias que continúan azotando la región.
Hasta el momento, se ha confirmado que al menos dos personas han resultado heridas y que 360 habitantes han sido evacuados de la zona de riesgo.
Los evacuados han sido trasladados a refugios temporales, donde reciben atención y resguardo mientras continúan las labores de rescate.
Esta información ha sido recopilada y difundida por la agencia china de noticias Xinhua, que ha seguido de cerca los acontecimientos desde el inicio de la emergencia.
Ante la gravedad de la situación, el presidente chino, Xi Jinping, ha ordenado la declaración del nivel de alerta máxima para acelerar los esfuerzos de búsqueda y rescate de las víctimas.
La orden de Xi Jinping refleja la urgencia con la que el gobierno chino está abordando esta tragedia, movilizando todos los recursos disponibles para asistir a las víctimas y sus familias.
El suroeste de China, especialmente en áreas montañosas como Sichuan y Yunnan, es propenso a este tipo de desastres naturales, particularmente durante las temporadas de lluvias intensas o nevadas.
Estos fenómenos provocan la inestabilidad del terreno, lo que a menudo resulta en deslizamientos de tierra que pueden ser devastadores para las comunidades locales.