Un atentado suicida estremeció la Iglesia Mar Elías, ubicada en el barrio de Dweilaa, en las afueras de Damasco, Siria, durante la misa dominical, dejando un saldo devastador de al menos 30 personas entre muertos y heridos.
Según informó el Ministerio del Interior sirio, un atacante afiliado al grupo terrorista Daesh, conocido también como Estado Islámico, ingresó al templo mientras los feligreses participaban en la misa dominical. Una vez dentro, el terrorista abrió fuego contra los asistentes que se encontraban en oración, sembrando el pánico entre las familias que habían llegado a buscar paz espiritual.
Después de disparar contra los cristianos indefensos, el atacante detonó un chaleco explosivo que llevaba puesto, causando una masacre entre los feligreses y destruyendo gran parte del interior de la iglesia. Las imágenes que llegaron desde el lugar del atentado muestran una escena dantesca, con cuerpos y escombros esparcidos por todo el templo, evidenciando la brutalidad del ataque.
Los reportes iniciales señalan que entre las víctimas se encuentran niños, lo que hace aún más desgarrador este acto de terrorismo. La cifra exacta de muertos y heridos permanece sin confirmar debido a la gravedad de las lesiones que sufrieron muchas personas y la situación caótica que se vivió tras la explosión.
El ministro de Información sirio, Hamzeh Moustafa, no tardó en condenar enérgicamente el atentado, calificándolo como un acto cobarde y completamente contrario a los valores de la sociedad siria. En sus declaraciones, el funcionario hizo un llamado a la unidad nacional y la paz civil, enfatizando que este tipo de ataques no representan los principios del pueblo sirio.
Las fuerzas de seguridad sirias se desplegaron inmediatamente en la zona para garantizar la tranquilidad y evitar que se produjeran nuevos incidentes. Las autoridades reforzaron la vigilancia en otros lugares de culto y zonas sensibles, temiendo que pudieran ocurrir ataques similares en represalia o como parte de una campaña coordinada.
Este atentado ocurre en un momento particularmente difícil para las minorías religiosas en Siria, especialmente la comunidad cristiana, que enfrenta amenazas constantes, discriminación y violencia en diversas regiones del país. Los cristianos sirios han sido blanco frecuente de grupos extremistas que buscan eliminar la diversidad religiosa del país.
La situación de vulnerabilidad de los cristianos en Siria se ha agravado en los últimos años, con ataques selectivos contra iglesias, secuestros de líderes religiosos y la destrucción de patrimonio cristiano histórico. Muchas familias cristianas han tenido que abandonar sus hogares y buscar refugio en otras regiones o países, reduciendo significativamente la presencia cristiana en territorios donde habían vivido durante siglos.