La dueña del Colegio Enrique Rébsamen sería la responsable directa de todos los daños provocado por el derrumbe del edificio, si los peritajes técnicos confirman que el departamento que le agregó en el piso superior fue el que causó la tragedia.
«El propietario o poseedor del inmueble es responsable de los daños que ocasione el cambio de uso de una edificación, cuando produzca cargas muertas o vivas mayores o con una distribución más desfavorable que las del diseño aprobado», establece la norma.
«También será responsable de los daños que puedan ser ocasionados por modificaciones a la estructura y al proyecto arquitectónico que alteren la respuesta de la estructura ante acciones sísmicas».
Testimonios de vecinos, fotografías tomadas de Google a lo largo de los años y notas periodísticas confirman que la dueña de la escuela, Mónica García Villegas, agregó entre 2010 y 2014 varios metros cuadrados de construcción para un departamento que incluía jacuzzi de mármol, directamente ubicado sobre salones de clases que se colapsaron tras el sismo del 19 de septiembre pasado.
El Reglamento establece que todas las escuelas requieren Visto Bueno de Seguridad y Operación con responsiva del Director Responsable de Obra (DRO), que se renueva cada tres años, pero que también se tiene que actualizar en los 60 días siguientes a la realización de ampliaciones o modificaciones.
«Las obras de ampliación sólo podrán ser autorizadas si el Programa y los Programas General, Delegacionales y/o Parciales permiten el uso del suelo y la nueva densidad o intensidad de ocupación del suelo», señala el artículo 234.
La Jefa Delegacional en Tlalpan, Claudia Sheinbaum, informó que la escuela sí tenía Visto Bueno de un DRO, y que tuvo suspensiones de obras en 2010 y 2014, pero hizo los trámites necesarios para levantarlas.
Las funciones de vigilancia en materia de construcciones corresponden en primera instancia a la Delegación, mientras que la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda es autoridad en materia de uso de suelo.