Un artefacto explosivo fue detonado este domingo durante una misa católica celebrada en el gimnasio de la Universidad Estatal de Mindanao, en Marawi, ubicada en el sur de Filipinas.
Este ataque, reivindicado por el grupo terrorista Estado Islámico (EI), dejó un saldo fatal de cuatro personas y unos 50 heridos.
La misa, que se celebraba en el primer domingo de Advenimiento, congregaba principalmente a estudiantes de dicha alma mater. Marawi es conocida por ser la mayor ciudad musulmana de Filipinas, y en la región operan varios grupos insurgentes.
Estos grupos no reconocen el acuerdo de paz firmado en 2014 entre el gobierno y el Frente Moro Islámico de Liberación, y algunos de ellos son leales al EI.
El ataque fue anunciado por los terroristas a través de su canal de Telegram, donde afirmaron haber detonado un explosivo en una reunión de «cristianos infieles».
Los medios filipinos especularon que este atentado podría ser una represalia por las recientes operaciones militares del Ejército filipino contra objetivos terroristas.
En tanto el presidente de Filipinas, Ferdinand R. Marcos Jr., condenó el ataque en un mensaje, declarando que «los extremistas que ejercen la violencia contra los inocentes siempre serán considerados enemigos de nuestra sociedad».