El colegio Enrique Rébsamen, de México, donde murieron 19 menores y siete adultos tras el desplome del edificio por el terremoto y se convirtió en el centro de atención de las tareas de rescate, funcionaba con un permiso falso sobre el uso del suelo, según confirmó el Instituto de Verificación Administrativa (INVEA), en un hecho que desató una cadena de traspaso de responsabilidades entre las autoridades de la capital mexicana.
El lugar donde funcionaba la institución debía tener un uso habitacional, pero la escuela pudo abrir amparada con un documento apócrifo, según reveló Noticieros Televisa luego de realizar una solicitud de información al gobierno.
Los registros determinaron que el certificado de derechos adquiridos que presentaron los directores del colegio no coincidía con los archivos de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda de la Ciudad de México (Seduvi). Por ello, el Invea formuló una denuncia penal por falsificación de documentos.
Conocido el escándalo, y ante la indignación de los familiares de las víctimas, se pronunció Miguel Ángel Mancera, jefe de Gobierno de la Ciudad de México, quien confirmó la existencia de la denuncia, pero deslindó la responsabilidad de su despacho.
«Todo lo que tiene que ver con la documentación es un expediente que debe tener la Secretaría de Educación Pública. El trámite se realiza por la Delegación», explicó. Además, aclaró que las inspecciones no están bajo su órbita por tratarse de una escuela privada.