La joven Bhoomi Chauhan, una ciudadana india que iba a abordar el avión que se estrelló en una residencia estudiantil, se salvó de morir junto a 241 pasajeros y cinco habitantes del edificio, luego de que le impidieron abordar el vuelo por haber llegado 10 minutos tarde al aeropuerto por un embotellamiento.
“Estoy temblando. Perdí el vuelo por 10 minutos. Estoy devastada. Mi cuerpo no deja de temblar. Mi mente está en blanco. Solo puedo decir que Dios me salvó”, dijo, aún en shock.
Bhoomi también iba rumbo a Londres, tras unas vacaciones. Dice que quien le salvó la vida fue su “Ganpati Bappa”, dios hindú Ganesha, conocido por ser el dios de la sabiduría, los nuevos comienzos, la suerte y la eliminación de obstáculos.
El avión cayó en una zona residencial de Ahmedabad. Entre los pasajeros había 53 británicos, 7 portugueses, 1 canadiense y 169 indios, incluidos 11 niños.
Estas historias nos recuerdan que, en medio de la tragedia, a veces, la vida se aferra con fuerza incomprensible.