Serguéi Andréyev, embajador de Rusia en Polonia, fue agredido este lunes cuando trataba de depositar flores en el cementerio de los soldados soviéticos en Varsovia para conmemorar la victoria sobre la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial.
A Andréyev, que acudió al cementerio en compañía de su esposa y otros diplomáticos rusos, le arrojaron lo que pareció pintura roja, aunque luego el diplomático aclaró que se trató de un jarabe dulce.
Además, la muchedumbre no le dejó colocar la ofrenda floral y el embajador solo pudo abandonar el lugar acompañado de la Policía.
La portavoz del Ministerio de Exteriores de Rusia, María Zajárova, ha condenado el ataque contra Andréyev y ha denunciado que «los admiradores del neonazismo han vuelto a dejar al descubierto su rostro, y es sangriento».