El amor los unió hace 23 años y ni la muerte pudo separarlos. Los cuerposde Gabriel Morales y su esposa Agueda Mendoza fueron encontrados abrazados tras el potente terremoto de 7,1 que sacudió a los mexicanos y que deja cerca de 300 personas muertas.
Junto a los cadáveres estaba también el de su fiel compañero, su perrita King a quien la pareja amaba y que los acompañó hasta sus últimos días.
Ambos se habían graduado de la Unam. Ella era abogada y él se desempeñaba como ingeniero topográfico. Fruto de su amor había nacido una hija de 18 años.
«Los encontramos abrazados en su departamento, eran una pareja muy unida, allí cerca estaba su perrita, la querían mucho», dijo Juan Carlos Williams, sobrino de Gabriel.
A la búsqueda de los cuerpos de la pareja se sumaron rescatistas,
brigadistas, familiares, vecinos y amigos. Según comentan, eran una pareja cariñosa y servicial.