Al menos 78 mineros clandestinos han muerto en una mina de oro abandonada en Stilfontein, noreste de Sudáfrica, según informaron las autoridades este miércoles. Los cuerpos fueron recuperados en los últimos dos días, en el marco de una operación de rescate que sigue en marcha.
La operación ha logrado rescatar a 106 mineros ilegales, de los cuales 51 fueron declarados muertos. Los trabajadores, conocidos como «zama-zamas», llevaban meses bajo tierra, sin alimentos ni agua, en condiciones extremas.
La mina, ubicada a 150 kilómetros al suroeste de Johannesburgo, tiene una profundidad de 2,6 kilómetros, lo que dificulta el rescate de los atrapados. Se estima que cientos de mineros permanecen bajo tierra, tras más de dos meses de trabajo en condiciones insostenibles. Algunos supervivientes han relatado que el ambiente está marcado por el olor a cuerpos en descomposición, mientras luchaban por obtener ayuda y por escapar de los pozos donde se encontraban.
Las autoridades sudafricanas han intensificado sus esfuerzos para frenar la minería ilegal con la operación «Vala Umgodi», que desde diciembre ha detenido a más de 13,690 personas involucradas en la minería clandestina. La operación de rescate, que se espera dure 10 días, está siendo ejecutada con un costo estimado de 610,000 euros, y se enfrenta a desafíos debido a las distancias de los túneles que conducen a varios pozos en la mina. La minería ilegal ha causado enormes pérdidas económicas tanto para el gobierno como para la industria minera del país.