El joven Ángel Orozco Navarrete, de 24 años, decidió acabar con su vida tomándose una porción de veneno Vidate, en su casa ubicada en la comarca Caño Negro, en el departamento de Matagalpa.
Roberto Carlos Pérez, informó que Ángel había andado tomando licor con su papá y unos tíos y al regresar a su casa, aparentemente no le quisieron abrir la puerta lo que lo molestó, y se tomó el veneno que le quitó la vida cuando era llevado al centro de salud de San Antonio de Kuskawas.
De igual manera, en el hospital Victoria Motta, expiró la joven Luz Marina Hernández Muñoz, de 28 años, después de tomarse una tableta para preservar granos básicos por razones desconocidas, en la casa que habitaba en el Llano de La Cruz, en el departamento de Jinotega.