Tres mujeres fueron torturadas y brutalmente asesinadas por supuesto robo de cocaína en Argentina

Las autoridades policiales de Buenos Aires, Argentina, informaron que las jóvenes María Belén Blanco, Lucía Soledad Torres y Camila Ayelén Gómez, de entre 15 y 20 años de edad, quienes fueron encontradas sin vida en circunstancias macabras tras varios días de búsqueda, fueron víctimas de un crimen vinculado a organizaciones de narcotráfico que incluso transmitieron en vivo las torturas y asesinatos como mensaje de advertencia.

Triple femicidio conmociona a Argentina tras el hallazgo de los cuerpos de tres desaparecidas
Triple femicidio conmociona a Argentina tras el hallazgo de los cuerpos de tres desaparecidas

Las tres jóvenes fueron halladas sin vida en la periferia de la ciudad Buenos Aires, específicamente en la localidad de Florencio Varela, tras haber estado desaparecidas durante cinco días. Según la policía, los cuerpos fueron encontrados en distintos puntos de la zona: Una de las víctimas estaba enterrada en el patio de una vivienda, otra dentro de una camioneta incendiada y la tercera en las inmediaciones del mismo predio.

Los investigadores señalaron que las jóvenes fueron vistas por última vez cuando acudieron a lo que creían era una fiesta, pero en realidad fueron engañadas y llevadas a una trampa mortal, cayendo en las manos de sus asesinos.

Los informes forenses y las autopsias revelaron la extrema violencia a la que fueron sometidas las víctimas. De acuerdo con el portal de La Nación, «los cuerpos presentaban signos de tortura, mutilaciones, quemaduras y estaban atados con cinta en pies, manos, cuello y rostro». Además, se confirmó que las jóvenes sufrieron amputaciones y quemaduras, y que la causa de muerte fue asfixia mecánica, según los peritos forenses.

En tanto el portal Infobae añadió un estremecedor detalle: «los exámenes determinaron que las víctimas intentaron defenderse, ya que presentaban heridas compatibles con maniobras de defensa», confirmando que las jóvenes lucharon por sus vidas hasta el final antes de sucumbir a la brutalidad de sus captores.

Ajuste de cuentas del narco

La principal hipótesis de la fiscalía argentina apunta a un ajuste de cuentas vinculado al narcotráfico. El ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Javier Alonso, declaró en conferencia de prensa que «las víctimas fueron engañadas y llevadas a un evento organizado por una organización narco transnacional, como represalia por el presunto robo de cocaína a un traficante«.

Alonso confirmó un detalle particularmente escalofriante: la tortura y el asesinato de las jóvenes fue transmitido en vivo a un grupo cerrado de unas 45 personas, y que en el video uno de los participantes afirmó: «Esto es lo que pasa cuando me roban», así lo reportó el diario Clarín, evidenciando la intención de enviar un mensaje de advertencia a otros.

Hasta el momento, hay 12 personas detenidas en relación con el caso. Entre los arrestados se encuentra una mujer que habría confesado su participación, indicando a los agentes que «se habían equivocado», lo que añade un elemento perturbador al sugerir que podría haberse tratado de un error en la identidad de las víctimas.

Durante los allanamientos realizados en Villa Zavaleta y Villa 1-11-14, la policía encontró a dos sospechosos limpiando sangre en un departamento presuntamente alquilado por miembros de una banda narco de origen peruano. Además, se incautaron vehículos y elementos que habrían sido utilizados para trasladar y ocultar los cuerpos de las jóvenes asesinadas.

El gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, pidió «involucrarse en la lucha contra el narcotráfico para que estos crímenes no queden impunes».

Por su parte, familiares y vecinos de las víctimas han realizado protestas y bloqueos de carreteras en Florencio Varela, exigiendo justicia y mayor seguridad en una zona donde la presencia del narcotráfico ha generado un clima de temor entre sus habitantes.

Este triple crimen se suma a las alarmantes estadísticas de violencia contra la mujer en Argentina. Según la Oficina de la Mujer de la Corte Suprema, una mujer es asesinada cada 32 horas en el país, y los femicidios vinculados a redes criminales han ido en aumento en los últimos años, evidenciando una problemática que combina la violencia de género con el creciente poder del crimen organizado.

El caso ha conmocionado a la sociedad argentina no solo por la juventud de las víctimas, sino también por la brutalidad empleada y la frialdad con que los perpetradores transmitieron los hechos, reflejando un nivel de deshumanización que ha generado profunda indignación en todo el país.

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