El cuerpo de un bebé de tan sólo 3 meses de nacido fue encontrado entre los desperdicios de comida de una prisión estatal ubicada en la ciudad de Puebla, al sureste de la capital de México.
Este menor, que fue encontrado en un basurero el 10 de enero, presentaba una incisión en su abdomen y portaba un brazalete de hospital que indicaba sus apellidos y que había fallecido hace 5 días.
Posteriormente se descubrió que el cuerpo del niño fue robado de un cementerio en Ciudad México y luego arrojado a un basurero, ubicado en un penal ubicado a 140 kilómetros de donde viven sus padres.
La joven víctima había nacido el pasado 4 de octubre del 2021 en el hospital pediátrico de Iztacalco sin embargo sufrió problemas intestinales por lo que fue operado en 6 ocasiones.
Sin embargo falleció a los 3 meses de nacido, un 5 de enero, y fue enterrado por sus padres un día después en el cementerio de Iztapalapa, al sur de la Ciudad de México.
La investigación oficial reveló que el niño no había muerto dentro del Centro de Readaptación Social (Cereso) de San Miguel.
Una de las hipótesis más sólidas es que el bebé había sido utilizado para ingresar drogas. Una mujer fue detenida por haber ingresado a la cárcel con un menor en brazos durante el día de visita familiar.