Dos mujeres españolas y tres nicaragüenses fueron detenidas esta semana por la Policía Nacional de Sevilla, España, acusados por los delitos de trata de seres humanos con fines de explotación laboral y pertenecer a una organización criminal.
La Policía inició el lunes el operativo denominado «Nicarama» durante el cual desarticuló la banda criminal que tenían prisioneras a siete mujeres originarias de Nicaragua, las cuales fueron liberadas por las autoridades.
Posteriormente la fuerza pública de Sevilla detalló que los cinco miembros de la red de trata de personas fueron enviados a prisión por orden de un juez.
¿Cómo operaba esta red de explotación?
Esta red captaba a las nicaragüenses con la promesa de llevarlas al país europeo y conseguirles empleo como trabajadoras domésticas, y para no levantar sospechas las ingresaban como turistas a territorio español.
La organización criminal se dividía en dos grupos, las que se encargaban de la captación de víctimas en Nicaragua y la otra parte que se dedicaba a conseguir el alojamiento y transporte en España.
Sin embargo, al reclutarlas en Nicaragua las obligaban a entregar escrituras de propiedad y a firmar documentos en los que aceptaban que la banda se quedaría con las viviendas de las mujeres o de sus familias si no se saldaba la deuda de 7 mil euros, que debían pagar con la explotación a la que serían sometidas.
Los antecedentes en España sobre trata de nicaragüenses no son nuevos, el pasado 7 de agosto de 2019, la Guardia Civil española capturó una banda criminal familiar que explotaba a mujeres pinoleras encargadas de cuidar de ancianos y personas enfermas.
En el operativo capturaron a siete miembros de la banda, cuatro mujeres y tres varones, todos de una misma familia. La Guardia Civil detalló que la banda les prometía a las víctimas nicas un trabajo bien remunerado en territorio español y luego las convertían prácticamente en sus esclavas.