Un jurado de conciencia de un tribunal de Zaragoza, España, encontró culpable a Rubén Calvo Ropero, de 33 años, por el asesinato con alevosía, saña y la agravante de violencia de género contra su expareja nicaragüense Katia Carolina Altamirano Blandón, de 45 años, cometido el 23 de mayo del 2021.
En su veredicto el jurado señala “Agredió a su pareja de forma sorpresiva, propinándole numerosas cuchilladas con la intención de matarla y también con la intención de causarle un sufrimiento innecesario, aumentándolo de forma inhumana, consiguiendo su propósito, sin que Katia pudiera defenderse”.
Tras el veredicto de culpabilidad la fiscalía española solicitó 24 años de prisión por el delito de asesinato y un año más por quebrantamiento de condena, ya que tenía orden de alejamiento de Katia Altamirano, por maltrato.
Además la fiscalía pidió se indemnice con 200 mil euros al hijo y la madre de Katia Altamirano.
En el desarrollo del juicio la fiscalía indicó que Katia llegó al apartamento de su expareja Calvo Ropero, para ayudarlo a que dejara las drogas.
Sin embargo lo que hizo fue atacarla por la espalda y tras matarla, se lanzó desde el quinto piso de un edificio con intención de suicidarse, pero no murió al ser amortiguada la caída por una furgoneta.
En el juicio Rubén Calvo trató de demostrar ante el juez que no recordaba nada del crimen, en tanto su defensa alegó que tuvo un brote psicótico.
El acusado admitió que ese día discutió por celos con Katia, tras haberse drogado y otros detalles que «no son compatibles» con una persona que alegue psicosis; en tal caso no recordaría absolutamente nada, expresaron los investigadores.
Los forenses hablaron con el sujeto para analizar su comportamiento, determinando que Calvo sabía lo que hacía, y dijeron que el día de los hechos en la casa donde fue cometido el crimen, encontraron los cuchillos que el sujeto ocupó para matarla.
Uno de los cuchillos tenía la hoja doblada, otro estaba con la punta rota y había un papel con sangre que demostró la intención del criminal de limpiar una de las armas blancas, lo que lleva a la conclusión que esa acción no corresponde con una persona que atraviesa por un brote psicótico.
A eso se suma el hecho que cuando la Policía llegó al lugar y trataban de convencerlo de que no se lanzará desde el quinto piso, el tipo dijo: “me van a caer 30 años”, demostrando que su actuación era racional.
Katia Altamirano era originaria del municipio de El Viejo, Chinandega, donde dejó en la orfandad a un niño de 13 años y había emigrado a España en el año 2017.
Desde Zaragoza, España, se hizo un llamado a los familiares de la víctima Katia Altamirano, para que se comuniquen al teléfono 00-346-8880-2388.