El delincuente Geovanny Alexander Fonseca Mendieta, fue sentenciado a prisión perpetua revisable, por el asesinato a cuchilladas de quien en vida fue su expareja Erika Judith Martínez, de 34 años de edad, ocurrida en la capilla de un hospital en Managua.
La sentencia fue dictada por la jueza del juzgado Quinto de Distrito Especializado en Violencia de Managua, Henriette Casco Batres.
El pasado 10 de octubre, Geovanny Fonseca admitió haber cometido el femicidio, para no enfrentar juicio y esperar la sentencia de la juez Henriette Casco.
Prisión perpetua revisable, quiere decir que cuando cumpla 30 años de cárcel, el reo podrá solicitar que revisen su caso, a ver si le cambian la condena, lo cual será analizado dependiendo de su comportamiento durante su estancia en el sistema penitenciario.
El crimen ocurrió la tarde noche del pasado 21 de agosto, cuando Geovanny Fonseca, llegó al hospital a esperar que Erika Martínez saliera de sus labores, para insistirle que reanudaran la relación, que la víctima había cortado debido a el constante maltrato psicológico y físico.
El día del hecho Fonseca Mendieta logró llevar a Erika a la capilla del centro asistencial con el pretexto de platicar con ella, pero cuando estaban dentro trancó la puerta, amenazó con matarla si no regresaba con él, y ante la negativa de ella, sacó un cuchillo de 32 centímetros, con el cual le asestó 10 estocadas.
Cuando los encargados de seguridad lograron forzar la puerta de la capilla para auxiliar a la víctima que daba gritos, ya ella estaba en el suelo boca arriba y él estaba sentado sujetándola del cuello con uno de sus brazos, mientras con el otro le daba las últimas estocadas.
Al ver a los miembros de protección en la puerta, Geovanny les dijo: “La mate” y luego sonrió diabólicamente.
Erika Martínez inició su relación con Geovanny Fonseca en febrero del 2023 cuando laboraba como vigilante, pero meses más tarde comenzó el infierno para ella, pues el sujeto le prohibía comunicarse con su familia y amistades, al igual que con el padre de sus dos hijos de 17 y 9 años.
Además Geovanny ya la amenazaba con matarla, pues le decía que prefería verla muerta antes que con otro hombre.
Ante la situación Erika Martínez, decidió acusarlo en los juzgados, pero luego llegaron a mediación y después el sujeto volvió a hostigarla en su casa y su trabajo, insistiéndole que regresaran, hasta que finalmente le quitó la vida.