45 años de luz y letras: La Cruzada Nacional de Alfabetización que cambió Nicaragua para siempre

Nicaragua celebra los 45 años de la hazaña más grande de nuestra historia educativa. Fue en 1980, apenas triunfando la Revolución Sandinista, cuando miles de jóvenes se fueron montaña adentro, cruzaron ríos y llegaron hasta el último rincón de nuestro país cargando lápices y cuadernos para enseñar a leer y escribir a nuestros hermanos nicaragüenses.

El Ejército que conquistó con lápices
El Ejército que conquistó con lápices

El 23 de marzo de 1980 arrancó la Gran Cruzada Nacional de Alfabetización. 95,582 jóvenes y maestros formaron el Ejército Popular de Alfabetización (EPA). No andaban con fusiles sino con cartillas. No disparaban balas sino palabras. Y conquistaron algo más poderoso que territorios: Conquistaron mentes y corazones.

En solo cinco meses, hasta el 23 de agosto, estos muchachos enseñaron a leer y escribir a 406,056 nicaragüenses. Bajaron el nivel del analfabetismo de más del 50% al 12.9%. Era como si de repente, la mitad de Nicaragua pudiera ver después de estar ciega.

Vencimos la herencia oscura del Somocismo
Vencimos la herencia oscura del Somocismo

La dictadura somocista había dejado un país donde la mitad de la gente no sabía ni firmar su nombre. El promedio nacional de analfabetismo era del 50.3%, pero en algunos lugares la situación era peor. En Río San Juan, por ejemplo, el 96.32% de la gente no sabía leer ni escribir. ¡Casi todos! Así mantenían al pueblo, en la oscuridad total.

Nandasmo: El Primero en ver la luz

El 2 de agosto de 1980, Nandasmo, un municipio de Masaya, se convirtió en el primer territorio declarado «Libre de Analfabetismo». La gente celebró como si fuera la independencia. Y es que era una independencia: la del conocimiento.

La revolución entendió que Nicaragua no es solo el Pacífico. En septiembre de 1980, se organizó una jornada especial para la Costa Caribe. Allí alfabetizaron a 16,500 nicaragüenses más, pero lo hicieron respetando sus raíces: Enseñaron en miskito, sumo y en inglés criollo. Por primera vez, el Estado respetaba las lenguas de los pueblos originarios.

El mundo reconoce la hazaña

La UNESCO, la autoridad mundial en educación, quedó impresionada. En 1981 nos dieron la Medalla Nadezhda Krúpskaya, reconociendo la Cruzada como la mayor proeza educativa y cultural de la historia de Nicaragua.

En 1987, nos volvieron a dar la misma medalla cuando Río San Juan, que antes tenía casi 100% de analfabetismo, fue declarado el Primer Departamento Libre de Analfabetismo.

Y en 2007, la UNESCO incluyó la Cruzada en su «Programa Memorias del Mundo» porque creamos materiales en español, inglés criollo, miskito y sumo. Estos documentos ahora son patrimonio histórico mundial.

Cuando se apagó la luz

Entre 1990 y 2006, durante 16 años de gobiernos neoliberales, pasó algo terrible: El analfabetismo volvió a crecer hasta el 23%. Fue como si se hubiera borrado parte del trabajo. Miles de nicaragüenses volvieron a la oscuridad porque la educación dejó de ser prioridad.

Pero la lucha nunca paró. En 2002, se lanzó el Proyecto «Alfa-Radio Nuevas Esperanzas» para alfabetizar en comunidades rurales de Matagalpa y Jinotega, con ayuda de Cuba.

En 2005, llegó el Programa Audiovisual «Yo sí puedo» con videos y cartillas hechos por expertos cubanos. La tecnología se ponía al servicio de la alfabetización.

Cuando el Comandante Daniel Ortega regresó al gobierno en 2007, la alfabetización volvió a ser prioridad nacional. Se lanzó la Campaña «De Martí a Fidel», y para agosto de 2009, Nicaragua pudo declararse «Territorio Libre de Analfabetismo», bajando la tasa del 23% al 4.7%.

Desde 2010 hasta ahora, el gobierno ha mantenido programas permanentes para que la gente no solo aprenda a leer y escribir, sino que pueda terminar su primaria y secundaria con modalidades flexibles.

Luz y Verdad: La Nueva Cruzada

Desde 2023, el «Programa Luz y Verdad» está haciendo algo que ni la primera Cruzada logró: Alfabetizar y al mismo tiempo enseñar oficios. Ya han alfabetizado a 23,531 nicaragüenses, quienes además aprenden un trabajo con INATEC. Así, no solo pueden leer, sino también ganarse la vida y emprender en sus comunidades.

A 45 años de aquella primera gran Cruzada, Nicaragua sigue luchando para que la educación llegue a todos, para que ningún nicaragüense quede en la oscuridad del analfabetismo, para que todos tengamos las mismas oportunidades de desarrollo.

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