Mercurio, el planeta más cercano al Sol, se está comprimiendo y mucho más rápido de lo que se pensaba, según los resultados del trabajo de la sonda Messenger.
Los astrónomos concluyeron que Mercurio había disminuido en tamaño desde su nacimiento a partir del estudio que hicieron en los años 70 con los datos de la sonda Mariner-10, que fotografió un 45% del planeta. En la superficie mercuriana descubrieron grandes declives, que se ven como cicatrices gigantes en el planeta diminuto.
Los científicos suponían que las ‘cicatrices’ se deben a las deformaciones que sufre el planeta porque baja la temperatura de su interior.
Los científicos calcularon que desde la formación de Mercurio hace unos 4.000 millones de años su diámetro ha disminuido 0,8-3 kilómetros. Sin embargo, esta teoría ha cambiado gracias a los nuevos datos proporcionados por la sonda Messenger, que llegó a la órbita mercuriana en 2011. Messenger fotografió el 100% del planeta, lo que permitió a los científicos hacer un mapa completo y detallado de Mercurio.
Al estudiar las nuevas fotos Paul Byrne, del Instituto Carnegie de Ciencias en Washington, y sus colegas establecieron que Mercurio se comprime 2-8 veces más rápido de lo que se estimaba. El planeta en realidad se hizo 5-7 kilómetros más corto en diámetro por razones aún desconocidas, sostienen los investigadores, que publicaron los resultados de su estudio en la revista ‘Nature Geoscience’.