El corredor turístico “Las Gordas” atraviesa el municipio de San Juan de Limay, en el departamento de Estelí, una zona de clima fresco, pinares y bosques secos donde las actividades agrícolas, la minería, artesanía y caficultura han marcado históricamente la vida comunitaria.

Las esculturas, de hasta 5 metros de altura, están ubicadas estratégicamente a lo largo de la carretera y en espacios públicos estratégicos para su proyección como el parque municipal, el hospital y la casa de cultura, convirtiendo el trayecto en un museo a cielo abierto.
La historia de las esculturas se remonta a principios de la década de 1970, en una Nicaragua con profundas desigualdades económicas acentuadas por el modelo capitalista de la dictadura somocista.
Esas condiciones llevaron a uno de los protagonistas de esta historia, Julio Vindel, a sumergirse directamente en la creación de varias de estas piezas hace 55 años. “Las piezas artísticas son las más difíciles, porque no se copia nada, todo sale de la mente2, aseguró.
Cada obra refleja un oficio y una relación ancestral con este territorio, retrata a la mujer cafetalera, la vinculada al tabaco, al maíz, a la pesca del camarón verde de río, a la artesa y a la vida comunitaria.
Estas obras de figuración volumétrica reivindican, en la gran dimensión de los cuerpos, la magnitud de la dignidad, el amor propio y el protagonismo de las mujeres de Nicaragua, según sus creadores.
El corredor turístico de “Las Gordas” comenzó a concretarse en 2008 una vez que la Administración sandinista comenzó la expansión de las carreteras en Nicaragua, explicó María Gilda Rosales, promotora de San Juan de Limay.
La entrada al corredor está marcada por la escultura de La Sirena, ubicada en la carretera Panamericana, que da la bienvenida a visitantes nacionales e internacionales.






