Este 7 de diciembre la Embajada de Nicaragua se engalanó de alegría y fervor para conmemorar en Tokio, Japón la fiesta a “La Purísima”.
El evento se realizó en la Capilla del Centro Franciscano de Roppongi. Los Frailes Franciscanos Rusell Becker, de Estados Unidos, y Emilio, de España, oficiaron una misa amenizada con el coro de la comunidad en la que se destacaron los cantos a la Virgen María.
En sus alocuciones, los Frailes recordaron la llegada de la imagen de la Virgen Inmaculada Concepcion de María a la ciudad de El Viejo, Chinandega, hace más de trescientos años, en tiempos coloniales, en torno a una misión franciscana que alienta desde entonces la devoción a Maria, patrona de Nicaragua.
El Padre Rusell destacó la iniciativa de la Embajada de Nicaragua de celebrar a la Inmaculada Concepción de María, icono religioso más importante para los nicaragüenses, que se venera con devoción y admiración.
A la celebración se unieron diplomáticos de Angola, Belice, Bolivia, Camerún, Cuba, Costa Rica, Panamá, República Dominicana, Nigeria y Uruguay. También se hicieron presentes nicaragüenses residentes en la Prefectura de Tokio y un nutrido grupo de la comunidad filipina quienes activamente colaboraron complacidamente con la celebración que es también una tradición en este país hermano.
El Embajador Saúl Arana agradeció la amplia participación en esta conmemoración de fe y amistad internacional. En sus palabras de saludo dijo que La Purísima es un acto de agradecimiento del pueblo de Nicaragua a su patrona la Virgen María, y una fiesta cultural que une a nicaragüenses dentro y fuera del país, motivo por el cual el Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional (GRUN) la promueve para que se mantenga la tradición y se fortalezca su mensaje de unidad. Dijo que, al celebrar a María, los nicaragüenses honramos nuestra herencia cultural, abogamos por la paz, y nos preparamos para asumir con optimismo el nuevo año 2017.
Posterior a la misa se ofreció un convivio con comida nicaragüense animada con música y videos que mostraron la celebración de esta fiesta tradicional en diferentes ciudades del país. Los participantes acogieron agradecidos la oportunidad de conocer y compartir la cultura popular nicaragüense e hicieron votos para que la tradición continúe y se convierta en otro medio para acercar más al pueblo de Nicaragua con otros pueblos de Asia y del mundo.