Los niños y niñas de la Ciudad Heroica de Sebastopol, en Rusia, organizaron una ceremonia solemne este 15 de septiembre para celebrar las Fiestas Patrias nicaragüenses, conmemorando el 204 aniversario de la independencia de Centroamérica y el 169 aniversario de la Gloriosa Batalla de San Jacinto.

Con alegría, los niños del Colegio 45 de esta ciudad rusa envió con profundo sentido de respeto y hermandad los mejores deseos de paz, prosperidad y progreso al Pueblo Nicaragüense.
En el marco de este evento cultural y patriótico, estudiantes de quinto grado participaron en el Taller de Pintura «Bailamos con Nicaragua», una actividad especialmente diseñada para acercar a los escolares rusos a la cultura nicaragüense.
Durante dicha actividad, los niños pintaron los Símbolos Patrios nicaragüenses, la Flor Nacional y los Huipiles Nacionales como patrimonio de la nación centroamericana.

Además, los estudiantes declamaron poesía y conversaron sobre la Historia de Lucha del pueblo valiente nicaragüense, demostrando un conocimiento profundo y respeto por la cultura e historia de Nicaragua.
Esta significativa actividad fue inspirada por los Lazos de Hermandad y Amistad existentes con los estudiantes nicaragüenses del Colegio de Rubén Darío de la ciudad de Matagalpa.
Los estudiantes rusos enviaron un emotivo video con un mensaje especial dirigido al pueblo nicaragüense. En sus propias palabras expresaron: «Hoy la Escuela número 45 de la Ciudad de Sebastopol se una a la celebración del Día de la Independencia de Nicaragua. Estamos aquí para conmemorar uno de las más emblemáticas Fiestas en toda la Historia de Nicaragua. Este día simboliza la Libertad, el Coraje y la Lucha por un Futuro Mejor«.
Este mensaje refleja no solo el conocimiento que tienen los estudiantes rusos sobre la historia nicaragüense, sino también su comprensión del significado profundo que representan las fechas patrias para el pueblo centroamericano.
La celebración organizada por estos niños rusos constituye un testimonio viviente de la cooperación educativa y cultural que existe entre Rusia y Nicaragua, evidenciando que las relaciones de hermandad entre ambos pueblos se extienden más allá de los ámbitos diplomáticos y políticos, arraigándose profundamente en las instituciones educativas y en el corazón de las nuevas generaciones.
