Miles de fieles católicos desbordaron este martes la Basílica Menor de El Viejo, Chinandega, para celebrar la tradicional Lavada de la Plata, que simboliza la purificación de las almas del pueblo cristiano.
La festividad inició con una misa presidida por el Nuncio Apostólico, Fortunatus Nwachukwu, quien expresó que la lavada de los objetos de plata y oro que posee Nuestra Señora del Trono, es la petición que le hacen los creyentes a Dios, para que limpie y renueve nuestros corazones.
“En esta eucaristía presentamos nuestras joyas, y la más precisada es nuestro corazón… Le pedimos al Señor un corazón de Madre, un corazón sensible, dispuesto a amar a nuestro prójimo, a nuestra familia, a la naturaleza”, expresó el Nuncio Apostólico.
Acto seguido, los fieles católicos lavaron con algodones los utensilio de oro y plata, como agradecimiento por favores recibidos y pagos de promesas, recibiendo además pequeños trozos de la túnica que viste la venerada imagen de la Virgen del Trono.