Alrededor del 70% de las personas que atraviesan la transición a la menopausia experimentan sofocos, episodios repentinos de calor que pueden durar desde segundos hasta minutos.
Según especialistas en salud, estos eventos son causados por un descontrol del eje de la corteza cerebral, responsable de regular la temperatura corporal.
Los sofocos nocturnos son particularmente problemáticos, ya que interrumpen el sueño y pueden derivar en insomnio crónico, afectando significativamente la calidad de vida. Además, los síntomas de la menopausia no son uniformes: su intensidad y aparición varían entre individuos. Entre los más comunes se encuentran inestabilidad emocional, fatiga, fallos de memoria, alteraciones en el ciclo menstrual, dolores de cabeza, sensibilidad mamaria, palpitaciones y baja autoestima.
Para abordar los problemas del sueño asociados a la menopausia, la terapia hormonal sustitutiva (THS) se ha destacado como una solución efectiva. Este tratamiento equilibra las fluctuaciones hormonales que desencadenan el insomnio, mientras que los medicamentos para el sueño únicamente alivian los síntomas de manera temporal.
Los especialistas subrayan la importancia de equilibrar el ciclo circadiano y ajustar el reloj biológico como parte de un enfoque integral para mejorar el descanso y la calidad de vida durante esta etapa de transición.