Un terremoto de 5.6 grados sacudió violentamente el sur de Guatemala el pasado martes 8 de julio a las 3:11 pm (horas local), su epicentro fue localizado a 4 kilómetros de Palín, Escuintla, y a tan solo 5 kilómetros de profundidad. El Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Insivumeh) confirmó que la poca profundidad del sismo amplificó sus efectos en la superficie, generando daños considerables.

El enjambre sísmico posterior mantiene en alerta a las comunidades afectadas. Según reportes del Insivumeh, se han registrado más de 425 réplicas en las 48 horas siguientes al evento principal, con magnitudes entre 3.0 y 5.6 grados, concentrándose principalmente en los departamentos de Escuintla y Sacatepéquez.
La Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) confirmó cuatro personas fallecidas, todas ellas víctimas de derrumbes de muros o desprendimientos de rocas.
Además, un total de 564 guatemaltecos resultaron afectados por daños en sus viviendas y cortes de servicios básicos, obligando a 300 personas a ser trasladadas a albergues temporales en los departamentos de Sacatepéquez, Escuintla y Guatemala.
Los deslizamientos y grietas han afectado 15 carreteras importantes, provocando interrupciones en las comunicaciones terrestres. Se trabaja intensamente para reabrir las vías que conectan Santa María de Jesús, San Juan del Obispo y Palín.
Las evaluaciones técnicas también han detectado daños estructurales en 9 centros de salud y 3 escuelas, aunque afortunadamente ninguna edificación ha colapsado completamente, según informó la presidencia de Conred.
El presidente de Guatemala Bernardo Arévalo ordenó la suspensión de clases y trabajo presencial en los tres departamentos más afectados. Mientras tanto, el Ejército y la Policía Municipal de Tránsito colaboran activamente en la distribución de alimentos y en la evacuación de familias en riesgo.