Un afgano de 22 años mató al ciudadano Wayne Broadhurst, de 49 años, tras apuñalarlo varias veces en el barrio de Uxbridge, al oeste de Londres, mientras que otras dos personas —un padre y su hijo de 14 años— resultaron heridas. El agresor fue detenido en el lugar tras ser neutralizado con una pistola Taser por la Policía Metropolitana.

Varias cámaras de seguridad registraron el brutal ataque, donde se ve al sospechoso acercarse a Broadhurst, quien simplemente paseaba a su perro, y asestarle múltiples puñaladas. Otro video, que circuló en redes sociales, muestra la escalofriante escena del crimen, que ha generado indignación en el país. Según testigos, el afgano había atacado previamente a un padre y su hijo adolescente en una disputa doméstica, antes de salir a la calle y asesinar al transeúnte.
Sky News, citando fuentes del Ministerio del Interior británico, reveló que el agresor ingresó al Reino Unido de manera clandestina en noviembre de 2020, oculto en un camión. Pese a esto, en 2022 las autoridades le otorgaron asilo y permiso de residencia, un hecho que ha reavivado el debate sobre los controles migratorios y la seguridad pública en el país.
El caso ha generado fuerte controversia, especialmente porque el hombre afgano pudo establecerse legalmente pese a haber ingresado de forma irregular, algo que muchos británicos critican como un fallo del sistema. Las autoridades, sin embargo, no han detallado si el sospechoso tenía antecedentes penales o señales de radicalización previas al ataque.
Un hombre que solo paseaba a su mascota
La víctima Wayne Broadhurst era un ciudadano común que, según sus familiares, no tenía relación alguna con el atacante. Simplemente caminaba con su perro cuando fue emboscado sin motivo aparente.
El sospechoso permanece bajo custodia policial y se espera que enfrente cargos por homicidio y lesiones graves. Mientras tanto, el gobierno británico podría enfrentar nuevas presiones para revisar sus políticas de asilo, especialmente en casos de migrantes con antecedentes de violencia.
Este ataque aleatorio, sumado a la procedencia del agresor, ha puesto otra vez sobre la mesa la discusión acerca de la seguridad ciudadana y los riesgos de un sistema migratorio que, según críticos, a veces prioriza la integración sobre el rigor en los controles. La pregunta que muchos se hacen ahora es: ¿Cómo evitar que hechos como este se repitan?