Japón recuerda a las víctimas del tsunami cuatro años después

Japón recordó este miércoles con emotivas palabras del emperador Akihito y minutos de silencio a las víctimas del terremoto y el tsunami que se produjeron hace cuatro años en el país.

En una ceremonia central en Tokio, el emperador, de 81 años, subrayó que los evacuados siguen sufriendo por no poder volver a sus hogares. “Muchas personas, tanto en las regiones afectadas como en los lugares adonde fueron evacuados, siguen viviendo hoy en condiciones difíciles”.

“Estoy preocupado sobre todo por la salud de los ancianos, que envejecen más cada año”, señaló el monarca, que es reverenciado por la mayoría de sus compatriotas.

A las 14:46 hora local, el momento en el que el 11 de marzo de 2011 se produjo un terremoto de magnitud 9 que desató el tsunami, se guardó un minuto de silencio en la región afectada pero también en las empresas y en las escuelas de todo el país. El metro de Tokio también paró y las banderas ondearon a media asta.

Desde primera hora de la mañana las personas se reunieron para rezar por las víctimas. La catástrofe natural dejó unos 18.500 muertos o desaparecidos y 6.150 heridos y destruyó 403.000 viviendas y otros edificios, según las cifras oficiales de las autoridades.

Akihito también se refirió al accidente nuclear de Fukushima, ocurrido como consecuencia del terremoto y el tsunami y que sigue contaminando zonas terrestres y marítimas. “Mi corazón sufre porque hay tanta gente que aún no sabe cuándo va a volver a sus hogares”.

La reconstrucción de la zona afectada en el noreste del país avanza lentamente pese a que han transcurrido ya cuatro años. Decenas de miles de personas siguen viviendo en casas prefabricadas transitorias con aspecto de contenedores. El total de evacuados era a mediados de febrero aún de 228.000.

Reconstrucción

Uno de los motivos es la falta de obreros para edificar las casas, pero también el aumento del precio de los materiales de construcción.

“Nunca olvidaremos la imagen del terrible tsunami que vimos en la televisión ese día”, afirmó el emperador en la ceremonia, a la que asistieron también su esposa, la emperatriz Michiko, el primer ministro, Shinzo Abe, y familiares de las víctimas.

El primer ministro prometió acelerar la reconstrucción. “Al ser conscientes del dolor y preocupación de los afectados por el desastre, y dándoles a la vez apoyo sanitario y moral, debemos acelerar el proceso de reconstrucción”, indicó.

La situación de la planta nuclear de Fukushima sigue siendo riesgosa cuatro años después, reconoció por su parte el presidente de la autoridad nacional de regulación de la energía atómica, Shunichi Tanaka.

“Ha habido varios accidentes y problemas en el complejo de Fukushima el año pasado y tenemos que afrontar la realidad de que están causando ansiedad y enojo entre los habitantes de Fukushima”, señaló desde su oficina.

A finales de febrero, la empresa operadora de la planta, Tepco, reconoció que cada vez que llueve fluye al Pacífico agua altamente contaminada con radiación debido a una de las varias filtraciones que se producen en Fukushima.

Los 48 reactores nucleares del país están apagados desde el accidente, el más grave ocurrido en el mundo después del de Chernóbil en 1986, pero el gobierno de Abe quiere volver a poner a producir electricidad a varios de ellos, incluso pese a que una mayoría de la población está en contra. Cuatro reactores recibieron ya el visto bueno de las autoridades para volver a funcionar.

A ello se suma un debate sobre los planes del gobierno de construir enormes muros de cemento a lo largo de la costa para proteger al país de futuros tsunamis. Los opositores al proyecto dudan de la efectividad de una obra así y aseguran que no es más que una idea para darle lucrativos proyectos a la industria de la construcción.

Abe se defiende alegando que quiere hacer de Japón una nación resistente a las catástrofes. Este sábado se realiza en Sendai, la principal ciudad de la región arrasada por el tsunami, la tercera conferencia mundial de la ONU sobre reducción de riesgos de catástrofes.

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