Durante la segunda mitad del mes de julio, México ha experimentando muchas lluvias torrenciales y fenómenos meteorológicos que causaron severas inundaciones en distintas regiones del país.

El sábado 19 de julio, lluvias excepcionales con acumulados de hasta 60.5 mm dejaron 22 anegamientos severos, provocaron el desplome de bardas, caída de árboles y daños en al menos 44 viviendas. Las alcaldías Magdalena Contreras, Álvaro Obregón e Iztapalapa fueron las más dañadas, activándose el Operativo Tlaloque para labores de emergencia y rescate.
A pesar de la magnitud, las autoridades mexicanas informaron que no se registraron víctimas mortales, debido a la rápida intervención de los equipos de bomberos y protección civil, como destacó la titular de la SGIRPC, Myriam Urzúa. Esta respuesta efectiva evitó una tragedia mayor en la capital mexicana, donde las inundaciones pusieron en riesgo a miles de habitantes.
Durante la noche del martes 15 y la madrugada del miércoles 16 de julio, una tormenta dejó un saldo trágico en Jalisco: el fallecimiento de una bebé de tres meses, dos menores heridos y severos daños materiales. Protección Civil confirmó la inundación de 144 casas y 30 vehículos arrastrados, así como afectaciones estructurales en varias viviendas.
El titular municipal, Mario Alberto Espinosa, subrayó que la magnitud fue resultado tanto de la cantidad de lluvia como del obsoleto sistema de drenaje urbano.
16 estados afectados

Estados como Sonora, Veracruz, Guerrero, Michoacán, Chihuahua y Sinaloa registraron lluvias muy fuertes e intensas, con reportes de casas anegadas, carreteras intransitables y escuelas dañadas. Tan solo entre el 15 de mayo y comienzos de julio, la temporada de lluvias provocó al menos 36 muertos, miles de viviendas afectadas, y cortes de electricidad y caminos en 16 estados, confirmaron autoridades federales.
Esta cifra convierte a la temporada de lluvias 2025 en una de las más mortales de los últimos años en México, superando las expectativas de las autoridades meteorológicas y poniendo en evidencia la vulnerabilidad de la población ante estos fenómenos climáticos extremos.
El monzón mexicano, la onda tropical número 13 y una robusta circulación ciclónica en altura están generando lluvias de gran intensidad. Estos sistemas, además de interacciones con canales de baja presión y divergencia en altura, incrementan la probabilidad de granizadas, inundaciones súbitas y desbordamientos de ríos en regiones vulnerables.
Las autoridades capitalinas y nacionales han desplegado brigadas para realizar limpieza, desazolve de alcantarillas y retiro de escombros, especialmente en zonas como Magdalena Contreras y Lomas Quebradas en la CDMX. Se activaron Alertas Amarilla y el protocolo Tlaloque para responder ante emergencias y continuar monitoreando zonas de riesgo.
La Comisión Nacional del Agua (Conagua) exhortó tanto a gobiernos locales como a la ciudadanía a no arrojar basura en la vía pública, mantener limpia la infraestructura pluvial y evitar transitar por zonas inundadas durante precipitaciones intensas, enfatizando la necesidad de atención temprana y coordinación institucional.
Expertos de la Universidad de Guadalajara apuntan que infraestructuras antiguas y falta de mantenimiento han agravado la vulnerabilidad de la población.