En un caso que captó la atención internacional, la justicia estadounidense condenó a cadena perpetua a Joseph Joel John, un exsenador haitiano, por su papel en la conspiración para asesinar al presidente de Haití, Jovenel Moïse.
El magnicidio que sacudió a Haití y al mundo tuvo lugar el pasado 7 de julio de 2021 en Puerto Príncipe, la capital de la isla.
El martes John se presentó ante un tribunal federal en Miami, Florida, para escuchar su destino.
En un emotivo discurso en francés, John insistió en que su intención no era matar a Moïse, sino llevarlo ante la justicia haitiana por su mala gestión del país. Sin embargo, cuando los planes cambiaron a asesinato, John afirmó que no pudo retractarse por miedo a perder su propia vida.
«Magistrado, apiádese de mí», imploró, pidiendo perdón a la familia de Moïse y al pueblo haitiano por un «crimen odioso que jamás debería haber ocurrido». John se había declarado culpable en octubre de proporcionar vehículos y otros recursos para el magnicidio.
Este caso ha implicado a varias personas, con 11 arrestos e imputaciones en Estados Unidos, debido a que parte de la conspiración se tramó en Florida.
Antes de John, otros dos involucrados, Rodolphe Jaar, un empresario haitiano-chileno, y Germán Rivera, un oficial retirado del ejército colombiano, también recibieron sentencias de cadena perpetua en Estados Unidos.
El asesinato de Moïse fue ejecutado por un comando de mercenarios colombianos en la residencia privada del presidente, sin intervención de sus guardaespaldas.
Según la Fiscalía norteamericana, el plan original, ideado por dos directivos de una empresa de seguridad de Miami, era secuestrar a Moïse y reemplazarlo por Christian Sanon, un ciudadano haitiano-estadounidense con aspiraciones presidenciales.
Los instigadores, el venezolano Antonio Intriago y el colombiano Arcángel Pretel Ortiz, buscaban beneficiarse de contratos lucrativos con un gobierno encabezado por Sanon.
La imposibilidad de secuestrar a Moïse llevó a los conspiradores a decidir su asesinato, un acto que ha dejado una huella imborrable en la historia de Haití.