El próximo 26 de octubre los 142 electores brasileños deberán acudir por segunda vez a las urnas para definir quien será el mandatario del país suramericano.
En los comicios de este domingo, el Tribunal Superior Electoral (TSE), emitió un boletín con el 99,29% de los votos escrutados, en el cual resultó vencedora la actual presidenta y candidata por el Partido de los Trabajadores (PT), Dilma Rousseff, con 41,53 por ciento de los votos.
En segundo lugar quedó Aécio Neves, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), quien sumó 33,63 por ciento.
Mientras tanto, Marina Silva quedó fuera de la contienda con solo el 21,29 por ciento de los votos.
Segunda vuelta
El reglamento de Brasil indica que para ganar en primera vuelta el candidato debe alcanzar más del 50 por ciento de los votos, algo que no sucedió este domingo, sin embargo los resultados indican una victoria absoluta para Rousseff en la segunda vuelta.
Voto electrónico
Es uno de los recursos que caracteriza estas votaciones. Brasil cuenta con 532 mil urnas electrónicas, de las cuales 72 mil tienen tecnología biométrica. Están ubicadas en 450 mil centros de votación en los 27 estados del país.
¿Quiénes votan?
En el interior de Brasil votan 142 millones de personas, mientras que en el exterior 354 mil 184 brasileños, residentes en 92 países, están habilitados para votar.
Rousseff vs. Neves
Los brasileños no solo elegirán entre dos candidatos, también deberán decidir entre dos modelos socioeconómicos distintos.
Dilma Rousseff sigue siendo la favorita para ganar gracias a los logros sociales durante su mandato, como la reducción de la pobreza, la generación de empleos y su lucha contra la discriminación y la corrupción. Además, con las gestiones del PT logró conseguir un gran apoyo político en toda América Latina.
De ganar Aécio las políticas económicas y los mecanismos de integración logrados por Rousseff estarían amenazados, debido a que éste propone la “evaluación” de las relaciones comerciales de Brasil, especialmente la posibilidad de establecer un acuerdo con Estados Unidos ya que lo considera un mercado relevante para la economía brasileña.
Ante este escenario electoral, quedan claros dos modelos, uno progresista y otro neoliberal que busca llevar a Brasil al pasado. En su discurso, Dilma Rousseff recordó el paso del partido de Aécio Neves a la historia del país, que lo quebró en tres veces. “No queremos que brasil vuelva atrás y que sea una nación arrodillada al Fondo Monetario Internacional”.