La joven Raissa Suellen Ferreira da Silva, de 23 años reconocida por su participación en certámenes de belleza, fue hallada muerta una semana después de haber sido reportada como desaparecida en Curitiba, Paraná, Brasil.

El caso dio un giro inesperado cuando Marcelo Alves, comediante local y amigo de infancia de Raissa, confesó ante la Policía Civil de Paraná haberla asesinado.
Al día siguiente, condujo a los agentes hasta una zona boscosa en el municipio de Araucária, en la Región Metropolitana de Curitiba, donde fue encontrado el cuerpo de la joven, envuelto en una lona plástica y enterrado.
Marcelo Alves, también conocido por su nombre artístico Alves Li Pernambucano, tenía una relación de confianza con Raissa y su familia. Ambos se conocieron cuando ella tenía apenas 10 años, en un proyecto social en Paulo Afonso, Bahía. Años después, Marcelo la habría ayudado a establecerse en Curitiba. Esta conexión llevó a la familia de la joven a considerarlo una figura paternal.
Durante los días de búsqueda, Marcelo mantuvo comunicación directa con los familiares de Raissa e incluso les ofreció alojamiento en su propia casa para facilitarles el proceso. Según relató Herbert Guilherme, primo de la víctima, el sospechoso mostró una actitud colaborativa, asegurando que haría todo lo posible por encontrarla. «Mintió todo el tiempo. Decía que me ayudaría a encontrarla», declaró.
Sin embargo, las investigaciones revelaron que el mismo día en que Raissa desapareció, Marcelo la citó con el falso argumento de ayudarla a conseguir un empleo en Sorocaba, en el estado de São Paulo. Almorzaron juntos y luego se dirigieron a la casa de él. Fue allí donde, según su propia confesión, le declaró su amor. Al ser rechazado e insultado por Raissa, perdió el control y la estranguló utilizando una abrazadera de plástico.