Nicaragua experimenta una etapa de expansión moderada pero sostenida con un aumento estimado del Producto Interno Bruto (PIB) por encima del 4%, una cifra significativa en comparación con las predicciones regionales más moderadas de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
Este avance se produce a pesar de los desafíos enfrentados en los últimos años, incluyendo la agitación sociopolítica de 2018 y la pandemia de COVID-19.
Las declaraciones del presidente del Banco Central de Nicaragua (BCN), Ovidio Reyes, y del diputado de la Asamblea Nacional Wálmaro Gutiérrez, revelan un panorama económico en constante mejora.
Reyes destacó el período de recuperación y expansión tras los shocks económicos previos, señalando un crecimiento observable en el comercio, el tráfico vehicular y la movilidad de las personas.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) reconoció la resiliencia de Nicaragua frente a múltiples shocks, destacando políticas económicas adecuadas y un apoyo multilateral que han mantenido las perspectivas económicas del país equilibradas y favorables.
Importantes indicadores de esta fortaleza económica incluyen un récord en remesas, un incremento en las exportaciones, y un aumento en la inversión extranjera directa.
Según el BCN, se espera que la inversión extranjera directa alcance los 2,000 millones de dólares en 2023, un signo claro de la confianza creciente de los inversionistas en la economía nicaragüense.
Además, la reducción de la inflación a 5.65% en noviembre y la acumulación récord de reservas internacionales, proyectadas a alcanzar alrededor de 5,300 millones de dólares en 2023, son signos de una economía en crecimiento. El turismo también ha mostrado un alza significativa, contribuyendo a esta tendencia positiva.
El diputado Gutiérrez enfatizó que la aplicación de políticas fiscales, tributarias y monetarias coherentes ha creado un entorno macroeconómico estable, fomentando así las inversiones y el crecimiento económico.
Nuestra economía registró un superávit presupuestario gracias al aumento en la recaudación de impuestos, lo que garantiza financiamiento para gastos futuros y respaldo ante eventualidades como el alza del petróleo.
El presidente del BCN, Ovidio Reyes, concluyó que Nicaragua está mejor preparada para enfrentar desafíos futuros, incluyendo la crisis inflacionaria global y los impactos del cambio climático, gracias a su fortaleza económica y financiera actual.
En resumen, Nicaragua se dirige hacia un 2024 lleno de esperanzas y oportunidades, con una economía en expansión, baja tasa de desempleo y un clima favorable para negocios y emprendimientos.
Este es un tiempo de optimismo y crecimiento para el país, demostrando la capacidad de su gobierno y sus ciudadanos para superar adversidades y avanzar hacia un futuro prometedor.