El 23 de noviembre de 1974 quedó grabado con letras de oro en la historia deportiva de Nicaragua.
Ese día, Alexis Argüello logró lo que parecía imposible: Conquistó el primer título mundial para nuestro país al noquear en el round 13 al legendario mexicano Rubén «Púas» Olivares, capturando el cinturón pluma de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB).
Esta hazaña en el Forum de Inglewood no solo representó un triunfo deportivo, sino que marcó el inicio de una leyenda.
Argüello, conocido como el «Flaco Explosivo», llegó a esta pelea con un récord de 35 victorias y 4 derrotas, demostrando que las caídas previas no definen el destino de un campeón.
Lo que pocos saben es que Argüello nunca tuvo experiencia como boxeador amateur. Se inició en el boxeo por necesidad, convirtiéndose posiblemente en el primer campeón mundial sin experiencia previa en el boxeo aficionado.
Esta victoria fue apenas el comienzo de una carrera extraordinaria. Posteriormente, Argüello conquistaría dos títulos mundiales más: el superpluma del CMB en 1978 al noquear a Alfredo «Salsero» Escalera en Puerto Rico, y el ligero en 1981 al vencer a Jim Watt en Londres.
Su legado trasciende el ring. En 1992, Alexis fue exaltado al Salón de la Fama del Boxeo en Canastota, Nueva York, convirtiéndose en el primer y único nicaragüense en recibir este honor.
En 1999, fue nombrado el Deportista del Siglo de Nicaragua, y su imagen aparece en los cinturones del CMB junto a la de Azumah Nelson, reconociéndolo como uno de los mejores superplumas de todos los tiempos.
Lamentablemente, Argüello nos dejó el 1 de julio de 2009, durante su primer año como alcalde de Managua, pero su legado permanece vivo en el corazón de todos los nicaragüenses.