El español Daniel Sancho, de 30 años, fue condenado a cadena perpetua por el asesinato premeditado del cirujano colombiano Edwin Arrieta.
A Sancho, además, se le condena a pagar una indemnización de 119,000 dólares, unos 105,000 euros a la familia del cirujano colombiano.
Según la acusación, el joven madrileño acabó con la vida de su pareja sentimental y utilizó sus conocimientos como cocinero para descuartizar el cadáver y deshacerse de las partes en varios lugares.
Esa frenética noche fue el inicio de una pesadilla. Después llegaron los interrogatorios, supuestas confesiones, reconstrucción de los hechos, colaboración con las autoridades… y un circo mediático que ha rodeado al caso durante más de un año.
«Me tenía como rehén. Era una jaula de cristal. Me hizo destruir la relación con mi novia, me ha obligado a hacer cosas que nunca hubiera hecho”, dijo en ese momento.
Durante el juicio, la fiscalía proporcionó pruebas de que Sancho había comprado cuchillos y bolsas de plástico que estaban guardadas en la habitación donde ocurrió el asesinato, lo que confirmaba la premeditación del crimen.
“Esta cadena perpetua corresponde también con esa voluntad de la familia de que Daniel pase el mayor tiempo posible de sus días en prisión y, más, cuando a la fecha y en este momento todavía no se ha escuchado un perdón sincero, un perdón humano, por el daño que se produjo a unos padres que no se despidieron de un hijo y una hermana que no pudo decirle adiós a su hermano”.
Cronología del crimen
La macabra historia comenzó el 31 de julio de 2023, cuando Arrieta -de 44 años- llegó a la isla tailandesa para disfrutar de unos días junto a su amigo español Daniel Sancho.
De acuerdo con información suministrada al tribunal, se habían conocido por internet y habían quedado en encontrarse en la isla.
Después de que ambos compartieron varios días juntos disfrutando de la gastronomía y las atracciones turísticas de Koh Phangan, el colombiano desapareció repentinamente.
Arrieta llevaba una exitosa carrera que le permitió cosechar decenas de miles de seguidores en las redes sociales.
Fue el mismo Daniel Sancho quien reportó ante las autoridades tailandesas la misteriosa desaparición de su “amigo”.